Las mascarillas faciales son indispensables para lucir un cutis perfecto y cuidan la piel contra los primeros signos del envejecimiento, son un excelente tratamiento de belleza que podemos realizar en nuestra propia casa. Su principal objetivo es contribuir a prolongar y mantener la juventud y el buen estado de la piel. El rostro recupera firmeza, descansa los rasgos y las arrugas se atenúan.
Las mascarillas las hay de todos los colores, texturas y olores: sedosas, frescas, perfumadas, con aceites esenciales, hidratantes, nutritivas, etcétera. Sea cual sea tu problema (exceso de sequedad, acné, arrugas, manchas de pigmentación, piel hipersensible), siempre encontrarás una mascarilla dispuesta a ayudarte a solucionar el problema.
La forma de aplicación es muy sencilla. Aplica el producto sobre la piel con una brochita o con la mano. Deja reposar durante el tiempo necesario y retira con una esponjita humedecida o con un pañuelo de papel.
Si te animas a mejorar tu piel, sigue estos consejos:
- Nunca utilices la mascarilla de otra persona: cada piel tiene una necesidad diferente y la que le va bien a tu madre, tia o abuela probablemente no sea la más adecuada para tu tipo de piel.
- Exfoliar previamente la piel mediante un peeling hará que se eliminen las células muertas, que pueden entorpecer la absorción de los principios activos.
- A falta de exfoliación, limpia y tonifica tu piel con tus productos habiatuales antes de aplicarte tu mascarilla.
- Calienta un poco el producto en la palma de tu mano, de este modo te sera más grato aplicártelo.
- Respeta siempre el área de los ojos, para la cual existen productos específicos.
- Nunca gesticules, sonrías, fumes o comas mientras tienes la mascarilla aplicada.
- Una vez retirada la mascarilla, es muy aconsejable vaporizar sobre el rostro un poco de tónico o agua mineral.
La mascarilla la puedes utilizar antes de una fiesta, para verte más bonita; después de tomar el sol, para restablecer los posibles daños ocasionados; después de haber trasnochado en exceso, si notas que tu piel está ajada y mate, para recuperar ese brillo natural.
Cualquier momento es bueno para regalarte una buena dosis de belleza.
Mascarillas caseras:
1. Mascarilla de melocotón
Licua dos melocotones y mezclalo con harina de arroz, hasta que te quede una pasta lo suficientemente espesa como para poder ponerte la mascarilla sin que te chorree. Mantén la mezcla aplicada durante veite minutos y lavar con abundante agua a temperatura ambiente. Esta mascarilla se puede hacer una vez por semana. Tu piel quedará suave y tersa.
2. Mascarilla de clara de huevo
Esta mascarilla es muy sencilla, pero muy efectiva para la piel.
Parta un huevo y separe la clara de la yema. Bata la clara y apliquela sobre la cara, déjela 20 minutos. Enjuague con agua tibia y después con fria puede ser usada 1 o 2 veces a la semana, pero solo 1 una vez si su cutis tiende a ser seco. funciona para remover las impurezas de los poros y deja la cara suave, sobre todo cuando tiene aspecto opaco y de cansancio.